Los científicos rusos predicen el advenimiento de una ligera glaciación en 2014. 

Los científicos rusos predicen el advenimiento de una ligera glaciación en 2014. 

 Ellos refutan la tesis del calentamiento global, calificándola de truco propagandistico. 

El calentamiento del clima es una realidad. La Tierra comenzó a calentarse desde la segunda mitad del siglo XVIII, con el comienzo de la revolución industrial. Precisamente por ello es considerado que este proceso está vinculado a la actividad antropogenética. La humanidad aumenta las emanaciones de CO2, lo cual produce el el efecto de invernadero. 

El científico ruso Vladímir Bashkin está en total desacuerdo con esta teoría. Él asegura que los cambios climáticos tienen un carácter cíclico y no están vinculados en modo alguno a la actividad humana. Junto a su colega Rauf Galiunin del Instituto de Problemas Biológicos Fundamentales de la Academia de Ciencias de Rusia, él demuestra que el actual calentamiento es el eco de la salida del planeta de una “glaciación menor” y que pronto (según la escala geológica, claro está) entraremos en un nuevo período de glaciación: 

Los períodos glaciales menores se suceden con una periodicidad de quinientos años. El anterior tuvo lugar a mediados del milenio pasado, cuando en Inglaterra se congelaba el Thamesis, los holandeses montaban en patines y en Rusia los extranjeros se espantaban al ver cómo los árboles se reventaban por las heladas. Los períodos de calentamiento y atemperamiento se suceden en intervalos de treinta a cuarenta años. Por ejemplo, en Rusia hubo un calentamiento en los años treintas del pasado siglo, haciendo posible la navegación por la vía marítima del Mar del Norte, luego llegaron los fríos de la época bélica, más tarde el calentamiento de los setentas, etc. El actual período de calentamiento finalizó en el cambio de siglo

El comienzo del nuevo ciclo de atemperamiento está vinculado a los cambios de la actividad solar. La potencia de las radiaciones de nuestro astro disminuye, incidiendo en el clima. 

Las investigaciones científicas del clima de las pasadas eras geológicas nos hacen dudar de que las exigencias del protocolo de Kioto tengan fundamento, afirma Vladímir Bashkin. El protocolo limita las emisiones de gases de invernadero y permite el comercio de cuotas de estas emisiones. Las emisiones de dióxido de carbono es un proceso natural normal, y no un resultado exclusivo de la actividad humana, asegura el científico: 

El efecto de invernadero, relacionado con el factor antropogénico, es apenas el 4 o 5 % de las emisiones naturales. Solo la erupción de un volcán aporta una cantidad considerablemente mayor. El verdadero aporte al efecto de invernadero es el vapor de agua común. Menos mal que a nadie se le ocurre también regular el vapor de agua

Los océanos mundiales contienen sesenta veces más de dióxido de carbono que el aire. Cuando suben las temperaturas del planeta éste comienza a desprenderse con mayor intensidad. Por tanto, el aumento de CO2 en la atmósfera no precede al calentamiento, sino que más bien es una consecuencia de éste. 

El calentamiento global sobre el que tanto hablan, no es tanto un problema científico como un paso propagandístico. De aumentar el calentamiento (explica sus razones este científico ruso) disminuye la necesidad en las fuentes tradicionales de energía (carbón, petróleo, gas), y los precios de estos recursos energéticos caen. Lo cual ya no es un problema científico, sino politico, afirma Vladímir Bashkin. 

Pero no nos amenaza el calentamiento global, sino una disminución global de las temperaturas. Pero no hay por qué asustarse de esta glaciación: ella se desarrollará paulatinamente y se tornará evidente solo a mediados del siglo XXI. 

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